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Álex Calvo Torres (Noáin, 28 de septiembre de 1991) está viviendo una gran experiencia. A sus 19 años, este jovencísimo base ya sabe lo que es debutar en la Leb Oro. No ha podido disfrutar de muchos minutos porque sabe que su papel en el equipo este año es ayudar en todo lo posible en los entrenamientos y en el banquillo y esperar su oportunidad. Al mismo tiempo que disfruta de esa apasionante experiencia, Calvo juega desde la temporada pasada en el equipo de Primera División Masculina de San Cernin, el Viajes Marfil. Como puede divide su tiempo para poder estar en todos los sitios a la vez y seguir aprendiendo. Hemos querido hablar con él para conocerle un poco más de cerca.

¿Cómo llevas eso de estar con el Grupo Iruña en una categoría tan exigente como la Adecco Oro?

Ha sido bastante duro porque exige un sacrificio notable de tiempo y de falta de ocio, pero también es muy gratificante y al final es una inversión.

¿Notas que has mejorado mucho?

Sí que se nota en aspectos de lectura de juego sobre todo, pero todavía no se puede valorar mucho porque no tienes un examen, por así decirlo. Pero sí que creo que voy mejorando día a día, aprendiendo a trabajar sin cometer tantos errores.

¿Cómo te está resultado la experiencia?

Es una experiencia muy positiva porque trabajamos muy duro todos los días y cada balón es importante en un entrenamiento y tienes que estar atento y concentrado. Lo que cambia realmente es el ritmo y como se toma la gente las cosas.

¿Mucho castigo físico?

En pretemporada lo notaba más, pero no me hace sufrir mucho. Me viene bien ese ritmo y me gusta y disfruto. Cuanto más tiempo estoy en la pista más disfruto.

¿Se llega uno a acostumbrar a tener pocos minutos?

Sí se acostumbra. Pero hay gente con experiencia que está jugando poco también. El entrenador tiene unas ideas claras y yo cuando vine ya sabía cuál era mi trabajo. Mi trabajo y mi posición es la que es y a eso me tengo que dedicar. No tengo ningún problema.

El pasado domingo ante Cáceres se acabó una mala racha de resultados preocupante del equipo.

Yo había notado ya en los entrenamientos un poco de cambio en las sensaciones y en la forma de ver las cosas. La mala racha era algo que sabíamos que podía llegar. La victoria del otro día iba a llegar también antes o después y estoy seguro de que van a empezar a llegar victorias más rápido que cada cinco partidos.

La permanencia es el objetivo y al tenéis al alcance de la mano. ¿Miráis al playoff de ascenso?

Cuanto antes la consigamos (la permanencia) va a ser mejor para todos y nos va a hacer afrontar lo demás con mucha más tranquilidad. El secreto para poder entrar en los playoffs es que nos salvemos en los próximos cuatro o cinco partidos. Si lo hacemos podremos estar. Si no, tendremos que luchar por quedarnos ahí.

¿Qué relación tienes con San Cernin?

Tengo ficha con el Viajes Marfil de Primera División, donde ya jugué también la temporada pasada. He jugado con ellos pero no estamos haciendo muy buen año  y yo tampoco me estoy encontrando demasiado bien en el equipo porque me está costando eso de no poder entrenar mucho con ellos. Eso hace que no encuentre muy bien mi posición en el campo, pero gracias a ellos puedo jugar unos minutos que me vienen muy bien para disfrutar del baloncesto de otra manera, que es compitiendo. Se agradece bastante y además me están tratando de maravilla.

¿Supone mucho problema no poder entrenar con los compañeros del Viajes Marfil?

Sí, sobre todo para entenderte con los compañeros. La misión de un base es dirigir al equipo y si no entrenas mucho es difícil. A algunos compañeros los conozco del año pasado y eso siempre ayuda, pero hay mucha gente nueva y es más difícil y me está costando más de lo esperado. Era algo que pensaba que podía pasar, pero me lo tomo bien. Cuando voy a San Cernin mi objetivo no es ni anotar puntos ni marcar diferencias, sino pasarmelo bien con mis compañeros y disfrutar de este deporte y jugar para ellos, que son los que entrenan todos los días. A veces me resulta difícil y frustrante, pero sí que disfruto de los minutos.